En estos más de 300 años, desde que San Pablo De la Cruz iniciara el camino de la familia pasionista, el árbol pasionista ha dado muchos frutos de santidad. Algunos de ellos han llegado al altar recibiendo el reconocimiento de la Iglesia al ser canonizados, beatificados o reconocidas sus virtudes heroicas en su seguir a Cristo Crucificado.
San Pablo de la Cruz
El fundador de los Pasionistas, nace en Ovada, Piemonte, Italia el 4 de enero de 1694, es bautizado con el nombre de Pablo Danei. El 22 de noviembre de 1720 recibe el hábito de ermitaño y comienza su camino de búsqueda fundacional, fue un gran predicador y misionero popular, director espiritual y místico, características constatadas en sus innumerables cartas que han llegado hasta nuestros días. Murió en Roma el 18 de octubre de 1775, dejando una congregación con 12 retiros y más de 200 religiosos, como también el primer monasterio de las monjas pasionistas. Fue canonizado por el papa Pio IX en 1867. Su fiesta litúrgica se celebra el 19 de octubre.
San Gabriel de la Virgen Dolorosa
Era conocido como el bailarín de Spoleto, en el mundo Francisco Possenti, nació en Asís (Umbría) en 1838, siendo estudiante en Spoleto, conoció la fascinación del mundo. No obstante, secundando las llamadas de la gracia, decidió dejarlo todo para ingresar en la Congregación de la Pasión de Jesucristo. Su vida religiosa consistió en realizar el modelo de una existencia crucificada al mundo, abierta plenamente a la unión con Dios y al ejercicio de todas las virtudes, especialmente la humildad, la pureza, la caridad y la obediencia. Se distinguió particularmente por su devoción a la Virgen Dolorosa, que forma la característica de su espiritualidad. Murió en Isola del Gran Sasso, en los Abruzzos, el 27 de febrero de 1862. Junto a su sepulcro se yergue ahora un grandioso santuario, meta de piadosas peregrinaciones y centro de irradiación religiosa. En 1926 fue declarado copatrono de la Juventud Católica Italiana y, en 1959, patrón principal de los Abruzzos.
San Vicente María Strambi, obispo
Vicente María Strambi pertenece a la generación que conoció y convivió con el fundador. Nació en Civitavecchia en 1745. Al poco tiempo de su ordenación sacerdotal ingresó en la Congregación pasionista. Trabajó en favor de la promoción de la vida cristiana, mediante la predicación de la Pasión de Cristo, recorriendo casi toda Italia. Compuso libros de carácter doctrinal y piadoso. Entre estos últimos, sobresale el folleto sobre la Preciosísima Sangre. Se distinguió como director de almas. Con su consejo ayudó, entre otros, a san Gaspar del Búfalo y la beata Ana María Taigi. Consagrado obispo de Macerata y Tolentino, promovió con celo apostólico la reforma del clero y del pueblo, actuando como verdadero pastor de su rebaño. En los conflictos políticos de su tiempo, se mostró como intrépido defensor de la libertad de la Iglesia, prefiriendo el destierro al juramento de fidelidad al régimen napoleónico. Vuelto a su diócesis, brilló aún más su solicitud pastoral y su gran caridad con los pobres. El papa León lo llamó al Quirinal como consejero. Allí murió el 1º de enero de 1824, después de haberse ofrecido al Señor en lugar del Papa gravemente enfermo. Su cuerpo reposa en Macerata.
San Inocencio Canoura Arnau, mártir
Inocencio de la Inmaculada (Manuel Canoura Arnau) nació el 10 de marzo de 1887 en Santa Cecilia del Valle de Oro, diócesis de Mondoñedo, España. Pasionista desde el 27 de julio de 1905, presbítero desde el 20 de septiembre de 1913, desempeñó con gran entrega el sagrado ministerio en varias comunidades de su provincia religiosa (La Preciosísima Sangre). En la llamada «Revolución de Asturias de 1934, mientras celebraba la santa Misa en el Colegio de los Hermanos de las Escuelas Cristianas de Turón, fue apresado con la comunidad de ocho Hermanos de La Salle y fueron todos ellos fusilados el 9 de octubre del mismo año 1934. Beatificado en 1990 y canonizado en 1999 por Juan Pablo II. Fiesta litúrgica el 9 de octubre.
San Carlos Houben
San Carlos de San Andrés (en el siglo Juan Andrés Houben) nació en Munstergeleen (Holanda) el 77 de diciembre de 1821. Tomada la decisión de consagrar su vida a Dios, entró en el noviciado pasionista de Ere (Bélgica) el año 1845 y profesó los votos religiosos el 10 de diciembre de 1846. Ordenado sacerdote el 21 de diciembre de 1850, fue destinado en 1852 a la nueva fundación pasionista de Inglaterra, donde el beato Domingo Barberi, que había muerto recientemente, tanto había trabajado por el retorno de los hermanos separados a la fe católica. También san Carlos Houben, siguiendo el ejemplo del beato Domingo, apóstol del ecumenismo, trabajó infatigablemente por el bien de las almas y la unidad de la Iglesia, primero en Inglaterra y después en Irlanda, donde falleció con gran fama de santidad el 5 de enero de 1893, vigilia de la Epifanía del Señor. Su memoria se celebra en la misma fecha de su pascua.
Santa Gema Galgani
Nació en 1878, cerca de Lucca, en Toscana. Desde niña se consagró a la meditación de la Pasión de Jesucristo, viviendo una vida de pureza, en ansia continua del paraíso. Al quedar huérfana de padre y madre, una familia de auténticas virtudes cristianas la recibió caritativamente en su casa. Consagrada al Señor por el voto de virginidad, se entregó con ardor a la consecución de la perfección. Se distinguió por una ardiente devoción a la Eucaristía y un gran amor a Jesús crucificado y a la Virgen María. El Señor la enriqueció con singulares carismas sobrenaturales, ofreciéndose como víctima por la conversión de los pecadores. Suspiró intensamente por ingresar entre las religiosas pasionistas. No pudiendo conseguir la realización de su ideal, dio un maravilloso ejemplo de santidad en medio del mundo. Murió el sábado santo, 11 de abril de 1903, en Lucca. Su fiesta litúrgica es el 16 de mayo, pero en España, Colombia, Chile es el 14 de mayo.
Santa María Goretti
Nació en Corinaldo (Italia) el 16 de octubre de 1890, de una familia humilde. Su niñez, bastante dura, transcurrió cerca de Nettuno, y durante ella se ocupó en ayudar a su madre en las tareas domésticas; era de índole piadosa, como lo demostraba su asiduidad en la oración. En el año 1902, puesta en trance de defender su castidad, prefirió morir antes que pecar, el joven que atentaba contra ella puso fin a su vida, agrediéndola con un punzón. Antes de morir, María perdonó a su agresor. Fue canonizada por Pío XII en 1950. Los Pasionistas que se ocuparon de su proceso de canonización proveen con celo al servicio del santuario de Nettuno, donde se veneran sus restos mortales.
Beato Lorenzo Salvi
(12 de junio)
El beato Lorenzo María de san Francisco Javier (Salvi), nacido en Roma el 30 de octubre de 1782, murió en Capranica, Vetralla, el 12 de junio de 1856. Profesó la Regla pasionista el 20 de noviembre de 1802 y fue ordenado sacerdote el 29 de diciembre de 1805. Superior diligente, su vida se caracterizó, siguiendo las huellas del Fundador, san Pablo de la Cruz, por su actividad misionera itinerante y el apostolado incansable de la Infancia de Jesús, difundiendo su devoción por todas partes con la palabra, el ejemplo y numerosos escritos. Su Santidad Juan Pablo II lo beatificó el 1 de octubre de 1989. Sus restos mortales se veneran en la iglesia pasionista de san Miguel Arcángel de Vetralla.
Beato Nicéfero Díez Y 25 Compañeros Mártires
(23 de julio)
Los beatos Nicéforo de Jesús y María y 25 compañeros mártires de Daimiel (uno de ellos, Juan Pedro Bengoa, nació en Mondragón) sellaron heroicamente con el sacrificio de sus vidas su consagración a Dios en nuestra Congregación Pasionista. Arrojados con violencia del retiro de Daimiel (Ciudad Real), la noche del 21 al 22 de julio de 1936, murieron en cinco grupos y en fechas y lugares diferentes. Para la conmemoración litúrgica de su fiesta se ha escogido el 23 de julio que es la fecha en que fue martirizado el primer grupo de 6 religiosos, encabezado por el Superior Provincial, beato Nicéforo de Jesús y María (Diez Tejerina). Son los primeros mártires beatificados de la Congregación. Fueron beatificados por Juan Pablo II, el 1 de octubre de 1989.
Beato Domingo Barberi
(27 de agosto)
Domingo Barberi, apellidado en religión «de la Madre de Dios», nació en 1792, cerca de Viterbo. Fue a la edad de 22 años cuando, por frecuentes llamadas interiores, comprendió que Dios lo invitaba al apostolado. Dejando entonces el cultivo de los campos, ingresó en la Congregación pasionista, donde reveló extraordinarias cualidades de mente y corazón. Ordenado sacerdote, se entregó a la enseñanza, al ministerio de la palabra, a la dirección de las almas y a la composición de numerosos escritos sobre materias de filosofía, teología y predicación. Imbuido del espíritu de san Pablo de la Cruz, se preocupó particularmente por el retorno de Inglaterra a la unidad de la Iglesia. Fundador de los pasionistas en Bélgica en 1840, llegó a Inglaterra en 1842. Allí se entregó, con toda su alma, al apostolado para el cual Dios lo había escogido. Tuvo el consuelo de recibir en la Iglesia católica a no pocos anglicanos, entre los cuales el más ilustre fue el futuro Cardenal Juan Enrique Newman. Murió en Reading, el 27 de agosto de 1849. Su sepulcro se venera en Sutton, Saint Helens, como meta de peregrinaciones del pueblo inglés.
Beato Isidoro de Loor
(6 de octubre)
Isidodo de Loor, apellidado en religión «de San José», nació el 18 de abril de 1881 en Vrasene, Flandes Oriental, diócesis de Gent. Hijo de agricultores, amó apasionadamente el trabajo del campo y a él se dedicó hasta que, llamado por Dios a los 26 años de edad, ingresó en el noviciado pasionista de Ere, como hermano coadjutor. Hecha la Profesión religiosa el 13 de septiembre de 1908, desempeñó en varias comunidades los humildes servicios propios de su condición de hermano, viviendo una intensísima vida de oración y penitencia según el espíritu pasionista. En 1911, le fue extirpado el ojo derecho afectado de grave tumor. Por su caridad y sencillez, por su laboriosidad y silencio se atrajo la admirada atención de sus hermanos de hábito y de los fieles que le conocieron. Víctima de pleuritis y cáncer, después de un mes de atroces sufrimientos, falleció el 6 de octubre de 1916, a los 35 años de edad y 8 de vida religiosa, llamado por todos el «hermano bueno» o y también «el hermano de la voluntad de Dios». Su Santidad el Papa Juan Pablo II lo beatificó el 30 de septiembre de 1984.
Beato Pío Campidelli
(3 de noviembre)
Pío de San Luis (Campidelli) nació el 29 de abril de 1868 en Trebbio, diócesis de Rímini, hijo de agricultores. Habiendo conocido a los Pasionistas con motivo de una misión popular, el 27 de mayo de 1882 vistió el hábito de la Congregación de la Pasión y el 30 de abril de 1884 emitió la profesión religiosa en el noviciado de Santa María de Casale. Abrazada con fervor la austera vida pasionista, se distinguió por su devoción eucarística y mariana, por una auténtica caridad fraterna y un decidido empeño en el estudio. Recibidas las cuatro órdenes menores, cuando se preparaba para el subdiaconado, afectado de grave dolencia, expiró, como en éxtasis, el 2 de noviembre de 1889 en el retiro de Casale, ofreciendo su joven existencia en sacrificio por la Iglesia, el Sumo Pontífice y su queridísima Romana. El Sumo Pontífice Juan Pablo II lo beatificó el 17 de noviembre de 1985.
Beato Eugenio Bossilkov, obispo y mártir
(13 de noviembre)
El beato obispo Eugenio Bossilkov, pasionista, nació en Belene, Bulgaria, el 16 de noviembre de 1900. Educado desde los once años en los seminarios pasionistas de su patria, Órese y Russe, fue después enviado a las casas pasionistas de Bélgica y Holanda para completar los estudios. Hizo el noviciado en Ere, Bélgica, y entonces adoptó el nombre de Eugenio del Sagrado Corazón. Concluidos los estudios teológicos, fue ordenado sacerdote el 25 de julio de 1926. Seguidamente marchó a Roma; en 1932 se doctoró en Teología, en el Pontificio Instituto Oriental. Regresó a Bulgaria en 1933. Después de varios años de servicio pastoral como párroco en Russe y Badarski-Gheran, fue consagrado obispo de Nicópolis en 1947. Era muy conocido y amado en toda Bulgaria. Fue condenado a muerte durante la persecución estalinista y fusilado en la cárcel de Sofía el 11 de noviembre de 1952. Fue beatificado por Juan Pablo II el 15 de marzo de 1998.
Beato Grimoaldo de Santa María
(18 de noviembre)
Grimoaldo de la Purificación (Fernando Santamaría en el siglo) nació el 4 de mayo de 1883 en Pontecorvo (Frosinone, Italia) y fue el mayor de cinco hermanos. Inscrito como congregante de la Inmaculada todavía adolescente, desarrolló un fecundo apostolado entre sus pequeños compañeros. El 6 de marzo de 1900, emitió la profesión religiosa como pasionista. Pero apenas habían transcurrido dos años desde su profesión, mientras se preparaba al sacerdocio en el retiro de Ceccano, se vio afectado de una meningitis aguda, durmiéndose en el Señor el 18 de noviembre de 1902, como él mismo lo había predicho, invocando a María y “contentísimo” —decía— de cumplir la voluntad de Dios. Tenía, al morir, 19 años. El secreto de su rápida ascensión a la cima de la santidad estriba en su singular devoción a María Inmaculada, a quien se había consagrado ya desde pequeño. Fue beatificado por el papa Juan Pablo II el 29 de enero de 1995.
Beato Bernando María Silvestrelli
(9 de diciembre)
El beato Bernardo María de Jesús (César Silvestrelli), nació en Roma el 7 de noviembre de 1831, de la noble familia Silvestrelli-Gozzani. Bautizado el mismo día y confirmado el 7 de junio de 1840, fue ordenado sacerdote en el monte Argentaro, el 22 de diciembre de 1855, emitiendo la profesión religiosa el 28 de abril de 1857, en el noviciado de Morrovalle, donde tuvo como compañero al futuro san Gabriel de la Dolorosa. Muy pronto fue designado para desempeñar importantes oficios en la Congregación: director de estudiantes, maestro de novicios, rector, consultor provincial y Superior General, los años 1878-88 y 1893-1907. Intrépido campeón del espíritu de la Congregación en circunstancias particularmente difíciles, imprimió un gran impulso a nuestro instituto en el mundo. Bajo su iluminada y vigilante guía fueron fundadas seis nuevas provincias y reorganizadas las que fueron probadas por la supresión gubernativa en Italia y Francia. Habiendo renunciado al generalato, recibió por voluntad del Papa el título vitalicio de Superior General honorario. Habiéndose retirado a Moricone, en la Sabina, murió allí de una caída el 9 de diciembre de 1911, con 80 años de edad. Fue beatificado por Juan Pablo II el 16 de octubre de 1988.