La familia pasionista podemos conformarla todos los que estamos en contacto con el evangelio De la Cruz, con el carisma pasionista y la espiritualidad que San Pablo de la cruz nos ha heredado. Por lo tanto, no importante la condición social o la categoría eclesial que se posea, si no el estar en comunión con la familia pasionista, esto consiste en vivir en proceso continuo de anuncio de la Salvación de Cristo en la Cruz, de ser memoria passionis en su propio lugar y con todos los que nos rodean.
La familia pasionista está conformada por los religiosos pasionistas, por las monjas de clausura, las religiosas de los diversos institutos fundados y asociados a los pasionistas, pero sobre todo aquellos laicos, laicas que en su vida cotidiana respiran y viven el carisma pasionista, que perseveran en hacer memoria passionis en sus diferentes actividades, en su propio contexto de vida, los que evangelizan con el ejemplo sencillo y cercano a todos los que les rodean.