El enclave de la comunidad pasionista que hace presencia en el país centroamericano de Guatemala; concretamente en la ZONA 18 de la ciudad Capital, Ciudad de Guatemela (barrio El Limón), habla por sí sola de la labor callada y generosa de unos religiosos que “luchan”, para responder con eficacia a la demanda de una sociedad enquistada en la desigualdad e injusticia.
Nuestra llegada a Guatemala se debió a la salida de la comunidad formativa de Costa Rica, debido a que ya no satisfacía el ambiente ni la calidad de estudios que se estaban dando en el ITAC.
Se trajeron los formandos teólogos a El Salvador y en Guatemala se abrió la nueva presencia en enero del 1993 con los aspirantes. Dicha presencia estaba situada en la colonia Landívar, Zona Siete, de la Capital. Para ello se alquilaron unas habitaciones cercanas al Oratorio de El Carmen, parroquia San José Obrero, hasta que se construyó la casa de postulantado junto al Oratorio; desde donde se colaboró con el apostolado en la parroquia.
Cuando la comunidad de postulantado fue trasladada a México, se pidió al Cardenal Toruño la posibilidad de atender alguna parroquia en la arquidiócesis. Es entonces cuando se decide asumir el compromiso de la parroquia «Cristo Nuestra Paz», situada en la zona 18, periferia de la capital. Hoy en día, es la única presencia pasionista que se tiene en el país.