En la acogedora casa noviciado del “Santo Cristo de la Luz», en Daimiel, Ciudad Real, acompañados por los hermanos de la comunidad y los Beatos Mártires Pasionistas vivimos una profunda experiencia. El P. Antonio María Munduate Larrea era el encargado de guiarnos y acompañarnos en este camino de conversión. Un grupo de caminantes, sedientos de Dios, que llegaron de las comunidades de Barcelona, Daimiel, San Gabriel (Madrid), Santa Gema (Madrid) y Mieres.
Las figuras del rey terreno (David) y el Rey Eterno (Jesús) serán el espejo en el que mirarnos. Guiados por estos dos personajes nos adentrarnos en lo que San Ignacio de Loyola aborda en sus ejercicios espirituales (91-92): “La meditación sobre el llamamiento del rey temporal ayuda a contemplar la vida del Rey eternal”.
En ese sentido, los temas de la vocación de David, los pecados graves cometidos y su posterior arrepentimiento revelan un rey llamado al seguimiento de Dios, co
n todo su ser y sus faltas. Se destaca de la persona de David: el coraje, la amistad, la libertad y las pruebas. Estas características se pusieron en relación con la manera en que Cristo (el rey eterno) las vivió. Todo ello para llevarnos hacia un seguimiento, por elección, del camino del Crucificado/Resucitado.
Esta temática distribuyó durante los cuatro días que vivimos los ejercicios, en dos charlas por cada día: una en la mañana y otra en la tarde. Estas meditaciones fueron enriquecidas mediante el rezo del santo rosario, de la liturgia de las horas; con la celebración de la Eucaristía, la práctica del santo viacrucis y la contemplación de Jesús Eucaristía en la Hora Santa.
Gracias al P. Antonio por su experiencia y a la comunidad que nos acogió.
