La esperanza nace cuando existe la debilidad, cuando en medio de lo precario se aprovecha al máximo lo poco, cuando el esfuerzo genera logros y así el trabajo se vuelve soñador.
Los pasionistas en Venezuela soñamos un camino de esperanza a través del trabajo y la vida comunitaria.
Es cierto que no es nada fácil, pero tampoco es imposible.
Además, existe una nota muy importante en el pueblo venezolano que impregna a las comunidades Pasionistas, y es la alegría.
Los hombres y mujeres venezolanos viven en medio de dificultades económicas y de alimentos básicos, pero o no se rinden, y en medio de la impotencia, su espíritu jovial los hace estar de pie y mantener la esperanza.
Dios está con nosotros, afirman los venezolanos y los Pasionistas nos unimos a esta certeza.
“La Pasión de Cristo es el remedio a todos los males del mundo”.